El jueves estuvimos aquí, en el monte Saibi, en la cima que aún conserva en su piel las heridas de la guerra, y en sus entrañas, a los hijos que lo defendieron. Estuvimos para rendir cumplido homenaje a todos ellos, 85 años después.
Y es que como decia Joseba Rezola, una de las personas que mejor conoció a los gudaris y combatientes vascos: "Hay que escribir la historia de aquella generación de héroes anónimos que lucharon y murieron por Euzkadi. No podemos dejarlos en el olvido. Son un ejemplo y símbolo. Nuestros jóvenes no tienen que buscar fuera héroes para posters o afiches, los tienen en casa, en su familia tal vez. Tan valientes, tan inconformistas, tan rebeldes, tan sacrificados, tan idealistas, tan disciplinados como para morir en las trincheras de nuestros montes o ante el pelotón de ejecución".
Foto cortesía de Mauro Saravia www.maurosaravia.com
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