Ayer Gernika fue nuevamente un lugar para el recuerdo, cuando se cumplían 85 años del terrible bombardeo que destruyó totalmente la villa, ya en su día definido como el mayor ensayo de guerra totalitaria ocurrido hasta el momento. El cementerio de Zallo fue espacio para homenaje, oración y deseos de paz al mundo. Allí se congregaron representantes del pueblo y mensajeros de otros lugares del mundo donde el ser humano experimentó o experimenta actualmente el sufrimiento en extremo. Un año más, quisimos estar presentes. Desde allí, un saludo a todos nuestros amigos y un mensaje de paz.
En la foto, Aitor Miñambres, Monika Aperribai, Emilio Aperribai - superviviente del bombardeo de Gernika- y Mikel Aretxaga -superviviente del bombardeo de Durango-.
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