EL SANATORIO DE GORLIZ fue fundado en 1919, con vistas a atender a los NIÑOS Y NIÑAS con distintas afecciones de TUBERCULOSIS, generalmente provocadas por la insalubridad generada en las poblaciones vascas tras la Revolución Industrial.
Lo pusieron en marcha Luis Salazar, entonces presidente de la Diputación de Vizcaya, y el afamado médico Enrique Areilza, pasando a dirigir el centro el Dr. Larrinaga.
Aunque en aquella época ya se había descubierto el bacilo de Koch, el único tratamiento indicado para sanar a los enfermos de tuberculosis pasaba por los baños de sol, el ambiente cargado de salitre marino, una alimentación saludable y un entorno tranquilo, para lo cual era ideal la playa de Gorliz, en Bizkaia, donde se edificó el sanatorio.
En JUNIO DE 1937, el departamento de Sanidad del GOBIERNO DE EUZKADI, presidido por el consejero Dr. Espinosa Oribe, decidió la EVACUACIÓN de los niños y las niñas del hospital, previa conformidad de sus progenitores. Para ello se empleó el yate ‘Warrior’ (ex ‘Goizeko Izarra’ de la familia Sota).
La primera expedición salió la noche del 10 de junio con 139 niños, 6 monjas, 14 auxiliares, el Dr. Larrinaga y el consejero Espinosa. La segunda expedición partió el 13 de junio, cuando tras la ruptura del Cinturón de Hierro Gorliz estaba a punto de caer en manos del ejército franquista, y evacuó a 131 niños y otras 13 monjas que les acompañaban.
Este contingente infantil tan vulnerable, fue realojado en distintos lugares de Francia –primero en el Bearn y después en Normandía-, hasta que finalmente muchos de los niños y las niñas retornaron a la España franquistas entre 1938 y 1939, tras numerosas negociaciones, avatares y triquiñuelas por parte de las autoridades franquistas y la mediación de la Cruz Roja.
Recomendamos, para conocer bien este episodio, el siguiente artículo de nuestro amigo Iñaki Goiogana, historiador de Sabino Arana Fundazioa: https://www.deia.eus/.../evacuacion-ninos-sanatorio...
Porque fueron, somos.
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